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Mi Depresión Y Yo




Mi Depresión Casi Me Mata. Al final Me Ayudó Tanto, Que Cambió Mi Vida Para Siempre.





Aquel día salí de casa hacia mi trabajo. Llegaba tarde y el autobús venía con retraso. Lo esperaba impaciente, nerviosa, tenía una reunión a primera hora. Por entonces yo era Jefa de Obra, y tenía cientos de personas a mi cargo. En cambio, cuando el autobús se detuvo ante mí… ¡No Subí! Algo me impidió hacerlo, como si un imán me sujetase al suelo.





Pasó el siguiente veinte minutos después, y luego otro más. Pero yo permanecía allí, como si me hubiese vuelto de piedra. El teléfono no paraba de sonar. Estuve horas en la parada, incapaz de reaccionar, muy asustada al no comprender qué me estaba sucediendo.





El médico dijo que se debía al Estrés derivado de la Responsabilidad que llevaba a mis espaldas. Me dio unos días de baja laboral, y unos calmantes. “Descansa y el lunes estarás nueva, ya verás”.





¡Fue mucho peor! Durante esos cuatro días no paré de llorar ni un segundo. Aunque supongo que era inevitable. “Mi depresión y yo” estabamos condenados a enfrentarnos, como después comprendí. Una Pena Profundísima me invadía el alma, me ahogaba sin motivo aparente.





A la semana siguiente me enviaron al Especialista. El diagnóstico fue claro: Depresión…  y Ansiedad moderada. Fue horrible. Mi depresión fue un Infierno y un Tormento Insufrible para mí y para mi Pareja. Lo mismo dirán –o diréis- todos los que sufren o han sufrido una Depresión seria. Fue el año y medio más largo y duro de mi existencia, y eso que he pasado muchas penurias… ¡demasiadas!





Las cosas aún se complicaron más. La medicación me sentaba muy mal. Me daban temblores, era incapaz de salir de casa, despertaba llorando y gritando en plena noche, me daban miedos irracionales… Hacía solo unos días era una importante Jefa que dirijía obras millonarias, y ahora era la criatura más insignificante y aterrorizada que había visto jamás.





Tras tres cambios de medicación, mi médica dijo que tenía un problema serio. No respondía a ningún tratamiento para la Depresión, y en su opinión se debía a que tenía los “neurotransmisores” bloqueados, y que si seguía así tendría que ingresarme en un Hospital para poder controlar mi respuesta a distintos tratamientos.





- ¿Puedo Hacer Algo Por Ayudarme A Mí Misma?- Le pregunté entre lágrimas de desesperación.





Sacó del cajón una hoja con los nombres de algunos libros, algunos de los cuales puedes ver en Libros De Autoayuda. Me explicó que el origen de mi Depresión estaba en mi Infancia y en las experiencias traumáticas que viví durante demasiados años. Pedí a la doctora un último intento de medicación, y aquella misma tarde, temblando, fui a comprar los libros.





Trabajé duró, muy duro… Mi Depresión y yo tuvimos que volver al pasado. “Usted Puede Sanar Su Vida”, de Louise L. Hay, se convirtió en mi Talismán. Necesité aprender a perdonar, a amarme, a empezar de nuevo, a saber lo qué quería y lo qué no. Le dedicaba todo el día a mi Autocuración. Y no sólo eso… Practiqué Yoga y me preparé como Profesora ¡Me entregué en Cuerpo y Alma!





Cuando me dieron el Alta Médica, mi Psiquiatra me dijo que la Depresión la había vencido sobre todo por mi esfuerzo, y que no me olvidaría jamás (la transladaban a otro Centro). Nos dimos un abrazo ¡y hasta lloró!





Dejé mi trabajo, a mi pareja, mi ciudad y mi casa… Y Empecé Una Nueva Vida. Pero esa es otra historia.





La Depresión cambió mi vida drásticamente. Pero aún hoy me parece verla asomarse, de vez en cuando, desde alguna esquina del subconsciente. Qué no se emocione… ¡Hemos “roto” para siempre!





Ojalá que a alguien le sirva mi experiencia de Cómo Superé La Depresión. Ahora escribo sobre ella, y no ella sobre mí…





Todos podemos. Todos.


Un Beso Enorme. Xeles Fraga (Autora De VIVIR O SOBREVIVIR).









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DEPRESIÓN

La depresión es una enfermedad terrible e incomprendida. Pero con ayuda y sabiendo qué hacer... se supera.

depresión qué es

La depresión es una
enfermedad injusta que trastorna por completo la vida del que la padece y la de los que le rodean. Además suele ser un trastorno incomprendido por quienes no la han padecido. La depresión se manifiesta de forma transitoria o permanente, pero durante el tiempo que se hace presente en nuestra vida nos sumerge en una tristeza profunda, en un insoportable abatimiento.

Estamos bastante irritables, a menudo también padecemos Ansiedad, Insomnio y miedos. Todos estos trastornos nos impiden disfrutar un mínimo de la vida, deterioran nuestras relaciones personales y laborales, y dejan nuestra autoestima y esperanzas hechas añicos.

La depresión, salvo la pasajera (producida por un problema concreto y casi siempre pasajero), suele tener un trasfondo personal importante. Algo no va bien dentro de nosotros cuando llegamos a caer en las manos de la depresión. Es necesario revisar nuestros pensamientos - y sistemas de creencias y de valores- acerca de la vida, nuestro entorno y nosotros mismos. 

Si no trabajamos el origen de nuestra depresión es fácil que tarde o temprano volvamos a caer en ella.

En esta SECCIÓN dedicada a la DEPRESIÓN, disponemos de una serie de artículos de ayuda que pueden ayudarte, y mucho, a comprender mejor esta patología y a dar los primeros pasos para superarla:




OLVIDAR EL PASADO


¿No puedes olvidar "aquello" que te ocurrió?
¿Le das mil vueltas en tu cabeza y sigues sufriendo por ello?
















Nos gustaría olvidar el
pasado, pero no somos capaces. Su recuerdo condiciona casi todos los días de
nuestra existencia, atormentándonos, impidiéndonos disfrutar de la vida.
Sufrimos una y otra vez con el recuerdo de aquello que ojalá nunca hubiésemos
vivido. Es como si nuestra mente “pasase” una y otra vez la misma película, la
historia de un pasado que nos marcó para siempre.





Sabemos que el pasado no
existe, como tampoco existe el futuro. Y que sólo tenemos el presente. Lo
sabemos, lo entendemos, pero nuestra mente parece no asimilarlo y vuelve a
reproducir continuamente la misma película. Es bueno entender que no es culpa
nuestra, ese es el modo en el que trabaja la mente de casi todo el mundo. Es un
engaño de nuestro “ego” que nos impide ser conscientes del “ahora”.





Pero tenemos que ponerle
freno a este terrible mal. No seremos libres ni felices mientras sigamos
sufriendo por algo que ya no existe y que jamás volverá. Estamos cargados de
odio, rencor, culpa, ira y sentimos autocompasión. No podemos olvidar a los que
nos hicieron “aquello” en el pasado, incluso aunque ya ni siquiera estén vivos.





En cambio, lo más triste
de todo es que sólo nos perjudicamos a nosotros mismos, que sólo nosotros
sufrimos. Muchas veces las personas que nos hicieron sufrir ni siquiera piensan
en ello de vez en cuando, y mucho menos imaginan todo el odio y rencor que les
guardamos. O ni siquiera les importa, vete tú a saber.





Es horrible que esto sea
así. Pero peor es comprender que cada vez que recordamos aquel momento o
momentos del pasado, los únicos que sufrimos somos nosotros.





¿Vamos a seguir
consintiendo eso? ¿No hemos sufrido ya demasiado? Recordar y revivir el pasado
una y otra vez es un castigo terrible para nuestro cuerpo, mente y espíritu. ¡A
nadie más le importa o perjudica!





Tenemos que decirnos…
¡BASTA!





Debemos de comprender que
nuestro cuerpo no sabe distinguir si lo que estamos pensando está ocurriendo realmente
o sólo está en nuestra mente. Al recordar los hechos traumáticos de nuestro
pasado, nuestro cuerpo vuelve a experimentar toda aquella tensión, odio, miedo,
ira… como si estuviese ocurriendo de nuevo. Se activan los mismos músculos, se
producen idénticas reacciones químicas,… Es terrible lo que nos hacemos al
desconocer estos procesos.





De hecho, ni nos podemos
imaginar la cantidad de enfermedades (incluido el cáncer) que traen como
resultado los pensamientos y emociones negativas. Un resentimiento prolongado
(o miedo, ira, autocompasión) enferma el cuerpo. Seguro.





Es tan injusto que además
de haber sufrido en el pasado en manos de otros, ahora, aunque sea sin
pretenderlo, seamos nosotros los que nos hacemos un daño incalculable. Estamos
sufriendo y enfermándonos, perdiéndonos vivir el presente con plenitud… por
algo que sólo ocurrió una vez (aunque fuese durante mucho tiempo).





Además, aunque no pretendo
justificar a nadie, tenemos que ver las cosas desde la perspectiva de los
adultos que ahora somos. Es terrible lo que nos hicieron sufrir, pero… ¿Acaso
nosotros no habremos herido, aunque sea un poco, a otras personas? ¿Habrá
en algún lugar alguien que recuerda a diario un daño que les hayamos causado?
Reflexionemos sobre ello...





Sea o no sea así,
entendamos que las personas a veces cometemos errores y que nos equivocamos.
Que todos somos víctimas a veces, y otras, verdugos. Y que hay personas que no
saben nada del amor ni de la vida, que están enfermas de odio o egoísmo.
Personas equivocadas que muchas veces reaccionan así porque están llenas de ira
por lo que otros les hicieron a ellos en su propio pasado.





De cualquier modo, ahora tenemos
que preocuparnos de sanar nuestras emociones. Y aunque la idea de perdonar nos
resulte insoportable, es lo único que puede liberarnos del dolor del pasado.
Perdonar no es algo que tenemos que hacer por los demás, sino que nosotros seremos los únicos beneficiados.





Tú eres el que se sentirá
libre si sabes perdonar. Tú eres el que mantendrá o recuperará su salud. Hay
que poner el pasado en su sitio. Tenemos un presente, y un futuro que se define
con nuestro modo de pensar en el presente. Y somos los únicos dueños de
nuestros pensamientos.





No dejes que los malos
recuerdos del pasado y el rencor estropeen el resto de tu vida.
HAZLO POR TI, YA HAS SUFRIDO
BASTANTE.





Un abrazo. Xeles
Fraga











Deja tu comentario,
opinión o vivencia en la zona de comentarios (más abajo). Todos nos
beneficiamos y puede ayudar a otras personas.
 



SUPERAR LA DEPRESIÓN. PRIMEROS PASOS

Queremos superar la depresión, y sabemos que no es fácil. Esta enfermedad afecta en el mundo a unos 345 millones de personas. Los que la hemos sufrido, sabemos que superar la depresión se convierte en el mayor deseo de nuestra vida. En cambio, normalmente no sabemos ni por donde empezar. Pero SÍ se puede lograr.

cómo superar la depresión, depresion primeros pasos

Es mejor hacer un paréntesis - justo después del artículo "SALIR DEL INFIERNO"-, para comenzar a trabajar en nuestro objetivo de superar la depresión y no volver a caer en ella. En mis artículos voy a contarte cosas que te llevarán a un cambio más profundo y duradero, pero comencemos ya mismo a conseguir superar la depresión.

Muchos de estos consejos te producirán rechazo. Es normal. Tenemos una resistencia natural a cambiar, sobre todo cuando estamos mal. Pero tú ya has dado el primer paso para superar la depresión: buscar ayuda. Y ahora la cuestión es: ¿Estamos dispuestos a esforzarnos para superar la depresión y ser felices?

Escoge al menos un par de estas consejos y añade el resto poco a poco. Cualquiera de ellas tendrá un gran efecto en tu vida.

1) CONTROLA TUS PENSAMIENTOS NEGATIVOS. Es lo más importante para empezar a superar la depresión. Debes de saber que los pensamientos son como imanes.

Piensa en algo que te de asco, por ejemplo una comida. Cierra los ojos y piensa en su sabor. “Vive” su sabor… ¿No lo sientes en todo tu ser? Si mantienes ese pensamiento un tiempo, sentirás ganas de vomitar. Incluso, si cada vez piensas más en ello, no puedes quitártelo de la cabeza.

Lo mismo ocurre con los pensamientos negativos. Un pensamiento negativo atrae más y más pensamientos negativos. Y al revés, los positivos atraen más del mismo tipo. Siempre es así.

Un libro que me ayudó mucho a comprenderlo y a superar la depresión fue “El arte de amargarse la vida” de Paul Watzlawick, quien a través de simpáticos ejemplos nos enseña como tras un primer pensamiento negativo, al dejarlo crecer, aumenta hasta que acaba afectando a nuestras vidas.

Para empezar a superar la depresión, DETÉN TUS PENSAMIENTOS NEGATIVOS tan pronto aparezcan y sustitúyelos por otros positivos. Si piensas “me siento fatal” una y otra vez... Así que sustitúyelo por “Cada día me siento mejor”, por ejemplo. Ese IMÁN traerá más pensamientos positivos y cada día te sentirás mejor”. Pronto será fácil. 

Lee este artículo, que lo explica mejor, pinchando aquí: EL PODER DE TUS PENSAMIENTOS

2) CUIDA TU ASPECTO. Nadie puede sentirse bien si se mira al espejo y está hecho un adefesio. Cuando estamos mal descuidamos nuestro aspecto. ¡Ponte guapo! Aunque te cueste, pronto te sentirás más animado.

3) SAL DE CASA. Aunque no te apetezca nada. Empieza por salir veinte minutos, y auméntalos cada día. Estar metido en casa sólo consigue que no dejes de pensar en tus problemas. ¡Al volver a casa te sentirás mejor!

4) ORDEN Y LIMPIEZA. Limpia tu casa, tira cosas viejas e inservibles. El orden hará que tu cabeza también esté más ordenada.

5) ALÉJATE DE PERSONAS Y LUGARES que te hagan sentir mal.  No es el momento. Ahora lo importante eres tú.

6) COSAS QUE TE PONGAN DE BUEN HUMOR. Nada de noticias, películas ni libros que te pongan triste. Sólo cosas que te hagan reír. Hay quien asegura haberse curado de una enfermedad mortal viendo películas de los hermanos Marx, como por ejemplo Norman Cousins, primer editor del “The Saturday Review”. ¡Imagínate lo que puede hacer por ti! 

7) AGRADECE lo bueno que hay en tu vida. ¿Qué no hay nada? Tus ojos te permiten leer esto. Puedes caminar. Puedes… Haz una lista, y cada día añade al menos una cosa por la que estar Agradecido. Ni te imaginas lo que esto puede cambiar tu vida. 

8) LOS ANIMALES DOMÉSTICOS. Si puedes y te gustan, ni te lo pienses. Está demostrado que ayudan mucho a superar la depresión. Dan todo sin esperar nada a cambio. Son todo Amor.

9) RESPIRACIÓN, RELAJACIÓN, YOGA Y VISUALIZACIÓN. Te ayudarán mucho a superar la depresión, dominar la mente, vencer el insomnio y relajarte. Lee los artículos relacionados.


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